La Educación en valores democráticos y pensamiento crítico es la mejor baza para que jóvenes nacidos en nuestra sociedad no se conviertan en terroristas


La terrible masacre en el bulevar barcelonés de Las Ramblas vuelve a poner cruelmente de manifiesto, como ha sucedido anteriormente en otros atentados terroristas en Francia, Gran Bretaña y Bélgica, que jóvenes nacidos y/o educados en sociedades europeas y en centros educativos europeos, en un plazo de tiempo muy corto son convencidos (y se autoconvencen) de que han de cambiar completamente de horizonte para convertirse en terroristas, matar de modo indiscriminado y perder su propia vida.

Desde la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta (ISA) condenamos sin ambages el terrorismo de inspiración yihadista. No tiene ninguna justificación política ni religiosa ni histórica para matar. Como no lo tiene ninguna otra forma de totalitarismo, ninguna ideología, ningún nacionalismo, ningún terrorismo de Estado. Todos están en contra de la verdadera revolución pendiente: basar la sociedad contemporánea en los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Entendemos desde ISA que las autoridades de Sevilla, y en coordinación con la Delegación del Gobierno en Andalucía, propicien un consenso entre todos los grupos políticos municipales para reforzar en la ciudad las medidas de seguridad (las visibles y las no visibles) y la asignación de fondos presupuestarios con el fin de intentar dificultar que se perpetren atentados en los espacios públicos y en los eventos multitudinarios que pueden ser más atractivos para los objetivos de este terrorismo que busca a la vez asesinar y lograr gran impacto mediático a nivel mundial.

Los medios de comunicación han dado cuenta de las primeras declaraciones al respecto por parte de los representantes municipales, como refleja, por ejemplo, esta información publicada por la periodista Teresa López Pavón en El Mundo.

Celebramos que los políticos elegidos por los sevillanos tengan más predisposición al consenso en la unidad de acción contra el terrorismo, en comparación con el uso partidista que se hace desde sus cúpulas nacionales en Madrid para azuzar divergencias que no se corresponden con el talante común y compartido por la amplísima mayoría de la ciudadanía en este tipo de temas que a todos nos conciernen y preocupan.

Desde ISA animamos a todas las instituciones, y a todas las entidades de la sociedad civil, a marcarse como gran prioridad cómo mejorar mucho y rápido para evitar que jóvenes nacidos en nuestra sociedad, o partícipes de nuestra sociedad desde su infancia, cuyas familias tienen su origen en países sin cultura democrática, sean la cantera en la que los inspiradores del fanatismo, de modo presencial o a través de internet, encuentren terreno abonado para engañarles y convertirles en ‘kamikazes’ que percuten contra la sociedad abierta, llevándose por delante la vida de cualquiera. La mejor lucha antiterrorista es evitar que haya jóvenes de personalidad débil, escasa sociabilidad y mínimos fundamentos morales, a los que se pueda convencer de que su acontecer diario y sus expectativas de futuro no merecen la pena. A los que se engañe para que se sientan víctimas con derecho a erigirse en verdugos, creyéndose de que así son héroes de una causa que llene su vacío existencial.

En ciudades como Sevilla, hay numerosos profesionales de la acción social, de la integración y de la educación, que llevan muchos años haciendo una labor muy meritoria para favorecer la mediación intercultural, la educación en valores, la inserción social y laboral. Desde centros educativos, organizaciones no gubernamentales, entidades de voluntariado y otros ámbitos. Han sido y son decisivos para propiciar que en un entorno socioeconómico con bastantes barrios donde es frecuente la pobreza severa y la marginación, no se encaminen hacia el uso de la violencia ni hagan caso a los cantos de sirena que buscan reclutar ‘héroes’. Toda esa labor, toda esa vertebración, son el indispensable punto de partida para seguir mejorando cómo afrontar desde Sevilla, y desde todos sus estamentos sociales, este desafío a la vez local y global. En el que la mejor vacuna para prevenir el terrorismo es la educación en valores democráticos y en pensamiento crítico. Y que cualquier joven sea refractario a los dogmatismos sectarios porque ha entendido y ha interiorizado en su fuero interno cómo se dirime pacíficamente en la sociedad abierta la convivencia, la contraposición de pareceres y la reivindicación de planteamientos individuales o colectivos.

En aras a conocer más y reflexionar sobre este grave problema, sugerimos tener en cuenta diversos puntos de vista. Como lo que dice en esta entrevista publicada en ABC de Sevilla Emilio González Ferrín, profesor de la Universidad de Sevilla, experto en el pensamiento árabe y con numerosas relaciones en ámbitos universitarios de países occidentales y orientales. O este breve artículo de  Fernando Álvarez Ossorio, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, en El Correo de Andalucía.También las declaraciones de Jalid Nieto, portavoz de la Fundación Mezquita de Sevilla, que pueden escuchar aquí. O este artículo que ha escrito en El País Manuel Torres Soriano, profesor de la Universidad Pablo de Olavide, que se ha especializado en el análisis del terrorismo yihadista.

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