Los últimos sucesos en Los Pajaritos sacan a la luz la necesidad de poner en marcha en el barrio más pobre de España el Plan Integral elaborado e incumplido


La muerte el pasado sábado de José Ocaña, de 26 años, durante una reyerta en Los Pajaritos saca de nuevo a la luz el gravísimo problema que arrastra la ciudad: la continua y creciente degradación socioeconómica del barrio de Los Pajaritos, considerado a nivel estadístico el de promedio de renta per capita más pobre de toda España, como ya denunciamos aquí en Iniciativa Sevilla Abierta.

Como informa la periodista Cristina Díaz en este reportaje de Diario de Sevilla, éste es “el tercer homicidio que se registra en la barriada en menos de un año, y el cuarto si se tiene en cuenta el asesinato a finales de julio de la mujer que fue encontrada calcinada en el Parque Amate, muy cerca de la zona, y todos ellos están relacionados de algún modo con la droga y los ajustes de cuentas”.

Para entender esta situación, es importante destacar las declaraciones de Fernando de Armas, portavoz de la plataforma cívica Tres Barrios-Amate, cuando  recuerdan que el plan integral para mejorar el barrio está, a día de hoy, “muerto” y que “mientras la situación económica del barrio no mejore, nada cambiará”. La mayor parte de los vecinos del barrio son personas decentes, y están sufriendo un calvario.

En este sentido, de Armas pone el dedo en la llaga, ya que se dedicó mucho tiempo a elaborar un plan integral que a día de hoy no se lleva a cabo. Un plan integral que abordara con intensidad y celeridad todas las vertientes necesarias para cambiar la situación en Los Pajaritos: educación, servicios sociales, empleo, urbanismo, etc. En cambio, los vecinos tienen que soportar el avance del narcotráfico para controlar la zona mediante la ocupación de pisos.

Hay que tener en cuenta, como apunta la periodista en el artículo que recomendamos leer íntegro, que “a medida que la primera generación de vecinos ha ido falleciendo, muchos pisos se han quedado deshabitados y  son ahora ocupados por nuevas familias, muchas de ellas inmigrantes, o utilizados para ventas o actuaciones clandestinas”. Algo que, desde el punto de vista del portavoz de la plataforma cívica Tres Barrios-Amate no se están controlando. “No se está abordando la situación como se debería. La Junta de Andalucía hace tiempo que se desentendió y el Ayuntamiento de Sevilla realiza algunos planes puntuales de empleo, pero poco más”, subraya.

Al respecto, y tal y como señala el periodista Raúl Limón en este artículo elaborado para la edición nacional de El País, en el barrio falta de todo. “La Iglesia de Amate hace de centro cívico y las asociaciones luchan por cada pequeña cosa que necesitan: ropa para los campamentos de los niños, a los que muchos acuden con una sola muda, ordenadores para poder realizar gestiones a los vecinos, y hasta labores de control y vigilancia para impedir el absentismo escolar, que afecta a un 20% de los niños”, manifiesta.

Además, como reflejan las cifras, la situación no mejora y lo “lo peor es la gente que “llega a creer que es normal cómo viven”, confiesa María José Herranz, de la Asociación Candelaria, uno de los focos de acción vecinal que, con ayuda de la Obra Social La Caixa y Cáritas, entre otras entidades, impide que el barrio se ahogue en su propia pobreza.

Foto: Cadena Ser

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1 Comment

  1. Ciclo génesis explosiva
    4 septiembre, 2017
    Responder

    Hemos huido. Yo huí, mi hermana huyó y después mi madre. Formamos parte, junto con otras mujeres de una patrulla contra el narcotráfico y logramos echarlos de la esquina de la calle gaviota, frente al colé. No volvieron. Pero después se metieron en nuestros bloques, en la casa del parado, en la de la abuela con una pensión de 200 euros, en la casa del joven sin trabajo, de la mujer duscriminada por ser mujer y de ahí no pudimos echarlos. El barrio se ha gangrenado, el barrio ya no se recuperará.

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