Mes de danza


Ya está aquí de nuevo el mes de danza. Desde hace quince años Sevilla se cita en Noviembre con el arte de la danza contemporánea a través de nuestras calles y plazas. Una refrescante experiencia que nos ayuda a ver que esta ciudad puede ser, si se lo propone, un escenario para la libertad creativa. Todo gracias al empeño de María González y un puñado de entusiastas del cuerpo como instrumento artístico.
Parece que las instituciones están cada vez menos por la labor de apoyar esta interesante iniciativa. El año pasado fue la Universidad de Sevilla quien se descolgó del panel de instituciones colaboradoras. Este año, recuperada esa colaboración, es el Ayuntamiento quien pone nubarrones sobre el futuro de Mes de Danza. Si la crisis nos obliga a apretarnos el cinturón, ¿no sería más conveniente para la salud de la cultura local disminuir los adornos del Corpus y mantener una experiencia como Mes de Danza, que nos acerca al mundo? El futuro de Sevilla no se construye con tradición y ladrillo, sino con innovación y conocimiento; también en la cultura. No podemos integrarnos económicamente en la red de las ciudades competitivas del mundo con prácticas culturales del siglo XIX. La empresa organizadora de Mes de Danza tiene el sugestivo nombre de «Trans-forma». Quizás si se llamara «Conserva» esta ciudad le prestaría la atención que merece.

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