Javier Rubio destaca desde su tribuna en ABCdesevilla la dicotomía perdedor/ganador (atendiendo al número de votos de las dos principales formaciones) como criterio justo para gobernar.
«Quién manda aquí
A simple vista, manda el que gana. Pero en las actuales circunstancias, nadie sabe a ciencia cierta quién ha ganado en Sevilla. O mejor, quién ha perdido menos, porque el resultado es de los que deja un montón de heridos de pronóstico variado. Zoido puede presumir de ser el más votado, lo cual es inobjetable, pero probablemente lo desalojará de la Alcaldía un pacto que él puede cansarse de llamar de perdedores sin que eso varíe lo más mínimo la aritmética que deparará un pacto tripartito entre PSOE, Participa e IU. Eso, si se mantienen los resultados cuando concluya el escrutinio más accidentado y premioso de los últimos lustros: bochornoso.
El electorado le ha mandado un serio aviso a Zoido. No se ha visto un desgaste en la gestión tan pronunciado y tan repentino como el del alcalde en estos cuatro años. En 1983, la última experiencia de mayoría absoluta que se recuerda en Sevilla, el declive del PSOE de Manuel del Valle fue tan suave que le permitió amortiguar la caída apoyándose en Adolfo Cuéllar, que se salió de Izquierda Unida para permitir la gobernabilidad municipal. Sólo que ahora enfrente de Zoido no hay nadie con un perfil ni parecido al del viejo defensor de las libertades en pleno franquismo.
Pero el aviso para Juan Espadas, que puede ser alcalde de Sevilla pese a haber perdido por segunda vez las elecciones, también es importante. Prácticamente repite los resultados de hace cuatro años y se deja en el camino de marzo (elecciones autonómicas) a mayo casi 15.000 sufragios. Examinada su trayectoria a la luz de Monteseirín, todavía queda más de 20.000 votos por debajo de los últimos resultados del anterior alcalde de Sevilla, lo cual no dice mucho de su predicamento ante el electorado.
La cara triunfal la presentan Participa Sevilla e Izquierda Unida. La lista avalada por Podemos irrumpe con tres concejales y se coloca como referencia a la izquierda del PSOE, pero IU-CA consigue sobrevivir, quizá favorecida por una participación bastante menor de la que hubo hace cuatro años.
En tierra de nadie queda Ciudadanos. Sus tres concejales se quedan en un limbo porque no son suficientes para apuntalar la victoria de Zoido y son redundantes para darle la Alcaldía a Espadas, que no los necesita. Un dato acredita que su triunfo es el revés de Zoido: en 2007, el hoy alcalde de Sevilla alcanzó 128.776 votos, prácticamente la suma entre los sufragios cosechados por él mismo y Javier Millán, el candidato del partido de Rivera.
¿Qué se abre a partir de ahora? Lo más previsible es que se inicie el rigodón de los pactos en cuanto se proclamen como definitivos los resultados y el que ha perdido resulte ganador y el que ha vencido en las urnas se retire de la escena tan prematura como injustamente.»
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