Investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), instituto mixto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la Junta de Andalucía, han contribuido a comprender uno de los fenómenos esenciales durante el desarrollo y mantenimiento de los epitelios, un tejido presente en la mayoría de nuestros órganos.
En concreto, el trabajo demuestra que las interacciones entre las células epiteliales y el material (o matriz) extracelular que las rodea regula el comienzo y la velocidad de la migración de grupos de células epiteliales. El mal funcionamiento de epitelios, o una disfunción en sus interacciones con la matriz extracelular, pueden desencadenar la migración descontrolada de células epiteliales, proceso que también podría subyacer en la metástasis de ciertas células tumorales.
Desde la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta compartimos con satisfacción noticias como ésta, fruto del esfuerzo y mérito de muchos científicos que forman parte de la sociedad sevillana. Y que deberían ser no solo motivo de orgullo, sino también factor de identidad, para que los sevillanos interioricen que la investigación y la ciencia también son parte indisociable de la personalidad sevillana. Como lo es en cualquier país avanzado, donde se sabe que la prosperidad no depende de recordar el pasado, sino de construir el futuro.
Los resultados de esta investigación, liderada por el CABD y en la cual también participan científicos de la Universidad de Granada y de la Universidad de Cambridge, aparecen en el último número de Cell Reports. En opinión de María del Carmen Díaz, investigadora del CABD y primera autora del artículo, “la comprensión de cómo la matriz extracelular controla la migración del epitelio es esencial no solo para entender el desarrollo de órganos y tejidos, sino para identificar las circunstancias que pueden llevar a las células tumorales a adquirir la capacidad de migrar y ‘escapar’ del epitelio, progresando a metástasis”.
Una característica común de muchos tejidos como la piel, el intestino o los pulmones es que contienen epitelios especializados, es decir, capas de células unidas estrechamente entre sí que permiten a los órganos adoptar y mantener su configuración en tres dimensiones. En su trabajo, el equipo hizo uso de la popular Drosophila melanogaster, conocida también como mosca de la fruta o del vinagre, un organismo modelo ampliamente abordado en el estudio de la biología de los epitelios.
Utilizando herramientas genéticas y de microscopía de tejido vivo, y centrándose en el epitelio folicular del ovario de la hembra adulta, los investigadores lograron determinar que la interacción entre un componente de la matriz extracelular, la laminina, y su receptor en las células epiteliales, las integrinas, fija el comienzo y la velocidad de migración del epitelio folicular.
El trabajo explica cómo los distintos niveles de laminina y de integrinas presentes en los huevos en desarrollo del ovario de la mosca adulta contribuyen a definir las características de la migración celular. Se ha comprobado por primera vez en un sistema biológico vivo que disminuyendo o aumentando la expresión de lamininas e integrinas se puede modificar la velocidad a la cual las células se desplazan, el momento en que deciden comenzar a migrar, e incluso bloquear completamente la migración. La investigación desvela así un nuevo mecanismo de interacción que puede ayudar a comprender mejor el comienzo de la metástasis de células tumorales.
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