Recuperamos dos artículos del periodista Carlos Mármol en El Mundo que desvelan lo que supone un desprestigio de la sociedad civil, pues quienes crean fundaciones, plataformas, asociaciones, etc., y las utilizan para su beneficio personal, obteniendo dinero público bajo pretextos llenos de grandes palabras y buenas intenciones, pero que en realidad convierten la búsqueda de subvenciones en el medio y fin de su actividad, indirectamente causan un perjuicio al común de la sociedad civil que se afana cívica y éticamente para afrontar problemas grandes y procurar solucionarlos.
Las informaciones de Carlos Mármol se refieren a la Fundación Atarazanas, que tras casi diez años recibiendo subvenciones públicas ha visto cómo ocho patronos dimiten en bloque y abren una crisis interna por discrepancias sobre la gestión económica de la entidad, y a la Red Magallánica, una asociación privada dedicada a los intercambios culturales entre las urbes que forman parte de la ruta de la Primera Vuelta al Mundo, para gestionar fondos de instituciones nacionales e internacionales al margen del patronato de su entidad original, creada por el anterior presidente de la Fundación Atarazanas, José Manuel Núñez de la Fuente, y el actual, Rafael Crespo Torradola.
Los artículos completos se encuentran en este primer enlace, «La Fundación Atarazanas se queda sin patronato«, y este segundo enlace, «Magallanes SL, el negocio de las Atarazanas«, respectivamente.
Asimismo, recordamos que en este enlace publicamos un completo dossier digital sobre el proceso de rehabilitación y recuperación de las Atarazanas, para que la ciudadanía tenga a su disposición una gran variedad de artículos, escritos por firmas conocedoras del proyecto y con criterio, para poder formarse una opinión ante la gran atención mediática que despierta el asunto.
En la imagen, un acto de la Fundación Atarazanas, celebrado en las Atarazanas, cedidas para tal fin por la Consejería de Cultura.
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