El Puente del Centenario es en Sevilla gran ejemplo de costosa infraestructura mal planificada, y la principal causa de atascos y retenciones de tráfico. Llamado así porque se erigió donde estaba el llamado Muelle del Centenario, la población cree que conmemora el Quinto Centenario del Descubrimiento de América porque se construyó e inauguró antes de la Expo’92. Promovido por el Ministerio de Fomento, se diseñó entre 1986 y 1997 con dos carriles por sentido, porque toda la ronda de circunvalación SE-30 que se iba a crear en Sevilla se calculó con dos carriles por sentido. Pero los estudios prospectivos sobre la evolución del tráfico en la capital y su área metropolitana no eran correctos, con previsiones muy por debajo de la realidad. Mientras que para acometer la SE-30 se rectificó a tiempo y en muchos de sus tramos hay tres carriles por sentido, en el proceso de construcción del Puente de Centenario se optó por el sostenella y no enmendalla pues imperaba el objetivo de inaugurar toda la ronda antes de la Expo’92. El Puente costó 6.468 millones de pesetas.
Es un embudo que pronto va a asimilar más presión de tráfico, por la inauguración en 2019 del Centro Comercial Palmas Altas, que está al pie del puente en la margen sevillana. Consta de 100.000 metros cuadrados de espacios comerciales y de ocio. Sus promotores confían en tener 14 millones de visitas al año de personas procedentes de la capital, el área metropolitana y la provincia. Están acometiendo numerosas obras para crear accesos, entre ellos un paso inferior de entrada desde la Avenida de la Raza, y una salida en superficie desde dicha avenida.
El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha presentado la propuesta de habilitar un tercer carril permanente por sentido (en lugar del carril reversible actual), aprovechando al máximo el ancho del tablero del puente, incluidos los arcenes de servicio. Y llevar a cabo las obras durante año y medio sin cortar nunca del todo el tráfico. Como informa el periodista Iñaki Alonso en El Correo de Andalucía, podría estar en funcionamiento a comienzos del año 2021.
Quien mejor conoce el puente, el ingeniero de caminos Julio Martínez Calzón, el único de sus autores que sigue vivo, y ejerció la dirección de las obras de construcción, propone en cambio que se amplíe directamente a cuatro carriles por sentido siguiendo la experiencia realizada para la ampliación de otro gran puente atirantado en España: el de Rande, en la Ría de Vigo, donde se le ha añadido por fuera de las pilas un carril por sentido. Lo explica en estas declaraciones a la periodista Ana Sánchez Ameneiro en Diario de Sevilla.
Cuando se incrementen los atascos, nos tememos que en la discordia política serán utilizados como argumento para criticarse unos partidos a otros. Gobiernos, ministros y alcaldes hemos tenido durante un cuarto de siglo para reformar el puente. Y su silueta debe ser recordada cada vez que se promete la realización de una infraestructura o de un edificio, cuyas prestaciones deben planteadas pensando en la Sevilla del 2050, y no solo en el día de su inauguración.
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