Dos noticias recientes referentes a Sevilla expresan situaciones perjudiciales para nuestro desarrollo:
la primera anunciaba el retraso en las obras del tren de cercanías del Aljarafe, ejecución que en gran parte consiste en remozar las instalaciones ya existentes de la infrautilizada línea férrea que une Sevilla y Huelva. En este asunto, la ministra de fomento ha incumplido su palabra de que las obras comenzarían este año, y el PSOE no ha optado por comprometerse con esta iniciativa, tan necesaria para el área metropolitana de nuestra ciudad, y que demanda la sociedad, como se ha puesto de manifiesto con la recogida de 4000 firmas de apoyo.
Hace unos meses los habitantes de una ciudad española se movilizaban de forma conjunta porque los trenes de cercanías sufrían retraso y colapso, en una zona donde existe un sistema de comunicación viaria que ya desearíamos para nosotros, asunto que fue resuelto con la intervención de la ministra de fomento en un corto periodo de tiempo comparado con los plazos que estima la administración para el comienzo de las obras de dicho tren de cercanías.
La otra noticia hace referencia al bajo nivel de ocupación laboral de los sevillanos, a la escasez de inversión de las administraciones públicas (que se está haciendo endémica), al excesivo peso del sector público y de la construcción, y a la elevada tasa de incapacidad permanente de nuestros trabajadores.
Ante estas situaciones de incapacidad e indolencia que afectan a Sevilla, uno busca causas y compara esta ciudad con otras de características parecidas y siente que estamos inmerso en un foso de pereza institucional y social contra la que debemos luchar los ciudadanos, en este caso representados por la plataforma ISA.
Propongo que abramos un debate con charlas y exposiciones comparativas sobre esos 2 temas: las comunicaciones viarias y los indicadores económicos (peso de la administración pública e inversiones, características del tejido empresarial, coste laboral de la administración, nivel de emprendedores, etc.) entre Sevilla y otras ciudades similares.
Me parece muy oportuna la reflexión de Eliseo y creo que los dos temas propuestos para debate tienen mucho que ver con la forma en que esta ciudad debe intentar salir de la crisis. La solución «tradición + ladrillo» no creo que nos lleve a ningún sitio. Salir de la crisis probablemente implique, entre otras cosas, una redistribución del gasto de las administraciones en favor de la inversión y en detrimento del gasto corriente, una redefinición de las comunicaciones metroplitanas y de las formas de uso del espacio público, una revalorización social del emprendimiento innovador y un cambio de prácticas culturales en favor de aquellas que nos conecten a las ciudades avanzadas del mundo.