Desde la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta ratificamos nuestro elogio y nuestro apoyo a las plataformas, entidades, asociaciones y foros que desde la sociedad civil catalana están abogando por la defensa de la democracia y del ordenamiento constitucional. Tras consumarse en el Parlamento de Cataluña, conculcando la legislación nacional y la autonómica, el intento de poner en marcha la secesión y de alzar fronteras, ahora más que nunca hay que resaltar el papel de Concordia Cívica de Catalunya, Societat Civil Catalana, Grup de Periodistas Pi i Margall, entre otros, cuyos portavoces son catalanes que llevan años intentando hacer ver dentro y fuera del territorio catalán la impostura antidemocrática de quienes, de modo torticero, se arrogan representar en su totalidad la voluntad de los ciudadanos que residen en Cataluña.
El desafío golpista no solo atenta contra la soberanía nacional, sino contra los derechos y libertades que son consustanciales a todos los habitantes de una sociedad avanzada y abierta. Leer los textos que intentan imponer como ‘legislación exprés’ corrobora lo que se vaticinaba: tras los falaces conceptos del ‘derecho a decidir’, ‘poner las urnas’ y ‘alcanzar la libertad mediante la independencia’, pretenden articular un modelo de sociedad sin separación de poderes, sin contrapesos democráticos, sin libertad de expresión y sin igualdad de oportunidades para quienes no estén de acuerdo con los gobernantes. Es decir, consagrar a machamartillo lo que llevan décadas perpetrando (primero de modo sibilino, después de modo palmario) desde que Jordi Pujol alcanzó la presidencia de la Generalitat: hacerle el vacío a los ciudadanos catalanes que no se avenían a callarse ante la sectaria estrategia de demonización de todo lo ‘español’ y ante la invención de una presunta identidad catalana trufada de tics supremacistas, oligárquicos y aldeanos.
Durante décadas, desde la España política y mediática, se ha mirado para otro lado sobre lo que se estaba sembrando en Cataluña: manipulación del sistema educativo, corrupción institucionalizada, asimilación de la ley del silencio por miedo a sufrir perjuicios personales y profesionales. Durante décadas, desde el clientelismo, se ha procurado generar un ambiente de cobardía para que en Cataluña no se dijera lo que se pensaba, y así hacer ver a las nuevas generaciones catalanas la bondad y legitimidad de un ‘pensamiento único’ capaz de envolverse en la senyera para justificar cualquier conducta antidemocrática, cualquier falsedad, cualquier latrocinio, cualquier desigualdad.
Ahora queda claro, por desgracia, que el ‘problema catalán’ ya no es solo un chantaje político para obtener privilegios, en detrimento de otros españoles, sino que es el ataque más grave al presente y futuro de la España constitucional desde el golpe del 23-F de 1981. Por eso, desde la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta, resaltamos que es crucial conocer y apoyar a los ciudadanos catalanes que, organizados como entidades de sociedad civil, están dando la cara (soportando presiones y coacciones) para divulgar y defender que son mayoría quienes se sienten catalanes y españoles, que están orgullosos de ser partícipes de la España constitucional y europea. Cuanto antes se pierda en Cataluña el miedo a la libertad y desde la sociedad civil todo el mundo diga lo que sabe y lo que piensa, antes se resolverá la fractura que intentan agravar los secesionistas, y que nos perjudica a todos los españoles. Sobre todo a los catalanes demócratas.
Para tomar conciencia de la situación, vivida y sufrida desde Cataluña, animamos a leer el manifiesto fundacional de la plataforma Concordia Cívica, encabezada por Teresa Freixes, profesora de Derecho Constitucional; el del Grupo de Periodistas Pi i Margall (pincha aquí), y este artículo de Xavier Salvador, director del periódico digital Crónica Global.
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