La suspensión el pasado domingo día 8 de octubre de la Carrera de la Mujer Sevilla 2017, minutos antes de la hora de salida, ha causado verdadero estupor en la opinión pública sevillana al poner de manifiesto cómo la descoordinación entre dos concejalías del Ayuntamiento dejó sin correr “a 14.000 participantes ya preparadas para celebrar uno de los mayores festivales del deporte femenino en Europa”, tal y como informó aquí El Correo de Andalucía.
Así, según pone de manifiesto el periodista Iñaki Alonso en esta otra información del mismo medio (leer aquí), “lo que iba a ser, como en los últimos 12 años, una marea rosa de ilusión en la lucha por causas como el cáncer de mama o la violencia de género se convirtió en una ola de indignación y despropósitos”.
En cualquier caso, como destaca la información, este desenlace parecía ser “la crónica de una suspensión anunciada” porque en la misma semana, el Ayuntamiento participó, a través del concejal de Deporte, David Guevara, en la rueda de prensa de presentación de la carrera; mientras que, por otro lado, días después se informó por cauces oficiales municipales que los organizadores de la carrera (una empresa privada) no habían aportado toda la documentación requerida, por lo que el área de Seguridad y Tráfico del Ayuntamiento, dirigida por el concejal Juan Carlos Cabrera, no autorizaría la celebración de la carrera, y urgía a resolver todos los permisos y todos los requisitos.
Así, tal y como informa aquí ABC de Sevilla, los motivos que ha hecho pública la compañía en un comunicado son la falta de tiempo -apenas 48 horas- para presentar un plan de autoprotección “que nunca se había solicitado para este evento”, han lamentado los convocantes. Aseguran que ese trámite se superó “en un tiempo récord” y que el pasado jueves durante una reunión de supervisión no se dijo que hubiera más problemas.
Con posterioridad a ese aviso de posible suspensión, los preparativos siguieron adelante, las participantes se desplazaron a recoger sus dorsales, las que procedían de fuera de Sevilla viajaron a la ciudad, etc. En este sentido, tal y como recoge en este artículo de Diario de Sevilla, “la organizadora de la Carrera de la Mujer sacó a la venta los dorsales antes de solicitar una autorización al Ayuntamiento”, según reveló Juan Carlos Cabrera, que culpó a la empresa de realizar un “rosario” de incumplimientos y “abusar de la buena fe y voluntad” del Ayuntamiento.
Por su parte, la empresa organizadora, Motorpress Iberica, es la misma que ha gestionado esa carrera en años anteriores. Y es la misma que organiza, con éxito, el Maratón de Sevilla. Es decir, conoce perfectamente la ciudad, es perfectamente conocida por los responsables municipales. Por eso sorprende aún más que haya habido desavenencias entre el equipo de gobierno local y dicha empresa, y que se haya promocionado una actividad de esa índole convocando a la población a participar cuando no estaba resuelto el acuerdo. Se ha jugado con la buena voluntad y con la ilusión de decenas de miles de mujeres. Se les ha hecho perder el tiempo.
El concejal de Seguridad y Movilidad detalló que Sportlife (grupo Motorpress-Ibérica) es la “única culpable” de la cancelación de un evento que el gobierno socialista podría haber “suspendido de oficio” al no aportar la organizadora toda la documentación. Tras defender que no se hizo por “buena voluntad”, desveló que la empresa renunció a celebrar la carrera cuando se le comunicó que iba a afrontar una sanción administrativa por sus diversos incumplimientos.
Por su parte, como se refleja en esta información de Diario de Sevilla, la oposición ha exigido explicaciones al gobierno municipal para que aclare las causas de la suspensión de la carrera y la gestión llevada a cabo.
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