La drogadicción sigue siendo una grave amenaza para nuestra sociedad, aunque sus usos hayan ido variando a lo largo de las décadas. Por eso nos parece vital compartir esta entrevista, publicada hace unos días en ABC de Sevilla, con Francisco Herrera del Pueyo, fundador de Proyecto Hombre, ONG que ha recibido en 2016 la Medalla de Sevilla. Además, el presidente del Patronato de la Fundación Proyecto Hombre, Antonio Fragero, es socio de Iniciativa Sevilla Abierta. Escrita por María Jesús Pereira, la reproducimos a continuación:
Las mafias han llevado la droga a los patios de los mejores colegios de Sevilla
Este domingo, Día Internacional de Lucha contra la Droga, el director de Proyecto Hombre en Sevilla subraya que tenemos las mismas tasas de mortalidad por droga que en los años 80.
Francisco Herrera (Sevilla, 1955) se licenció en Medicina y se especializó en Digestivo. Estudio Teología y ejerció como sacerdote 16 años, aunque colgó los hábitos para casarse y formar una familia. Su primer contacto con la droga fue en el Hospital Virgen del Rocío y después en los poblados de las marismas, donde ejercía como médico y sacerdote. En los 80, cuando la heroína entraba por el río, él asistió como médico y enterró a tres chicos de esos poblados en una semana. Comprendíó que había que hacer algo porque la Administración no reaccionaba y en 1991 fundó Proyecto Hombre, por donde han pasado ya 16.000 personas. El Ayuntamiento ha concedido la medalla de Sevilla a esta fundación, con centros en Triana, Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas, y pisos en Palmete y Pino Montano.
-¿Ha dejado la droga de ser un problema importante, como ocurría en los años 80?
-Sigue habiendo el mismo índice de mortalidad por drogas que había en los años 80. La única diferencia es que antes los chicos morían de sobredosis de heroína en la calle con cara de yonki y una aguja colgada del brazo. Hoy se mueren por cocaína en un hospital o en su casa de un infarto. En otras palabras, la cocaína está provocando ahora tantas muertes como la heroína en los años 80. La diferencia es que la droga no tiene ahora la visibilidad que tenía entonces. Antes teníamos un 23% de toxicómanos seropositivos. Ahora tenemos un 33% de chicos con algún tipo de trastorno mental.
-¿Qué explicación tiene eso?
– Por una parte, las drogas que se usan ahora son psicoestimulantes y provocan más trastornos mentales que las drogas que se consumían antes. Por otra parte, hay un déficit tremendo en la psiquiatría desde que decidimos hace años que había que cerrar los psiquiátricos y que donde mejor estaban las personas con trastornos mentales era en su casa, con sus padres y sus familias. Nos encontramos ahora familias que tienen a su cargo personas con trastornos mentales y que a su vez consumen cannabis, cocaína… En esos casos, las toxicomanías están derivadas del trastorno mental.
-Si sigue muriendo tanta gente por la droga como hace cuarenta años, ¿por qué a los españoles nos preocupa menos?
-Ha habido intereses políticos en hacer ver que la droga no es un gran problema. En los años 80 había mucho miedo a lo absolutamente desconocido, ya que la droga entró en España como una epidemia de heroína que se llevó por delante a muchos jóvenes. Hasta que salió el proyecto Hombre no había recursos para atender a los toxicómanos. Hoy las grandes mafias de la droga no sólo han metido la droga en el patio de los mejores colegios de Sevilla, sino que han influido en la mentalidad de los padres y de los ciudadanos, hasta el punto de que la cocaína no está mal vista. Se ha normalizado tanto el consumo de cocaína que hay mucha gente que ha probado la cocaína en fiestas de navidad, un cumpleaños, en una despedida de solteros, El Rocío… porque aguantas mucho más, no te emborrachas, estás lúcido y si eres apocado te hace ser extrovertido.
-¿Las mafias captan a escolares para meter la droga en colegios?
-Claro y esos niños terminan trapicheando con droga para financiar su consumo. De hecho, hemos tenido un grupo completo de un colegio bueno de Sevilla. A la hora del recreo, los niños copiaban las llaves de compañeros de clases para robar en sus casas cuando las familias estaban fuera. Detrás de eso había un problema de droga. En una parroquia del centro, el catequista descubrió que la mayoría de los niños, de dos colegios buenos también de la zona, consumía porros. Hace 25 años pensábamos que metiendo a nuestros hijos en una burbuja de cristal iban a estar libres de las drogas. Hoy la droga está en todos los sitios y nadie está libre de ella. La prevención no está tanto en meter al niño en una burbuja de cristal como en desarrollar la comunicación padres-hijos.
-Hay padres que desdramatizan el hecho de que sus hijos fumen porros.
-El problema es que hay niños con 14 años iniciándose en el consumo de porros, lo que está provocando problemas de esquizofrenia, cosa extraña en esas edades. Antes te venían los niños de la gitana de las Tres Mil Viviendas y ahora son los niños de colegios buenos de Sevilla. El cannabis es ahora la droga que más enfermedades mentales está provocando en menores de 18 años.
-¿Son más peligrosas las pastillas que los porros?
-Las pastillas son anfetaminas, crean adicción y se vinculan siempre a la marcha, a la juerga… Un chaval se fuma un porro en su casa aunque no salga, mientras que eso no sucede con las pastillas. Más preocupante que las pastillas es el cannabis y el alcohol. En los jóvenes ha cambiado el modelo de consumo de alcohol, del latino al anglosajón. Ahora muchos adolescentes no beben nada de lunes a viernes, son deportistas, toman Cola Cao y yogur, ayudan al anciano a cruzar el semáforo, van a catequesis… pero el viernes por la noche se compran un lote de alcohol y en media hora cogen una borrachera.
-¿Cuál es el perfil del toxicómano que acude a Proyecto Hombre?
-El 50% responde a un perfil tradicional que persiste desde los años 80: varón de 37 años que lleva de 10 a 20 consumiendo, politoxicómano, con fracaso escolar, baja formación, con fracaso de pareja, parado y un 35% ha pasado por la cárcel. El otro 50% lo podemos dividir en adultos jóvenes con trabajo y familia, a los que se les ha ido de las manos el tema de la cocaína; adolescentes de hasta 22 años, donde hay chicos que tontean con drogas o consumen a diario y están escolarizados, por lo que trabajamos por las tardes con ellos, y también tenemos jóvenes con comportamientos delictivos, a los que el juez de Menores impone programas de rehabilitación o internamiento. Dentro de los jóvenes también tratamos a chicos con problemas de comportamiento o con adicciones al móvil, a las redes sociales… Además, tenemos un programa nocturno para personas que tienen trabajo y quieren mayor anonimato. Las personas que se desintoxican pasan a una comunidad terapéutica en Alcalá y si la familia no se puede hacer cargo van a un piso de acogida. No les damos el alta cuando se han desintoxicado, sino cuando se han rehabilitado, tienen una estructura familiar conformada, tienen trabajo, son autónomos…
-¿Cuál es el tiempo medio de tratamiento en vuestros centros?
-La desintoxicación se realiza en los primeros quince días. Los drogadictos tradicionales están con nosotros más de dos años. Los jóvenes y los del programa nocturno están un año.
-¿Qué porcentaje de personas que pasan por Proyecto Hombre se rehabilita?
-Más del 80% sale adelante en el programa nocturno. En el programa de toxicómanos tradicionales, los más machacados, tenemos un 50% de abandono, aunque muchos terminan volviendo.
-¿Por qué a pesar de la información que existe la gente sigue cayendo en el consumo de droga?
-De información estamos saturados, lo que falta es formación. Ya no hay nadie en este país que sepa que la droga es mala. El gran enigma es por qué la gente sigue consumiéndola. La Universidad de Huelva y Proyecto Hombre hizo hace cuatro años un estudio entre estudiantes de hasta 16 años en toda Andalucía y cuando se les preguntaba por qué consumían porros contestaban: en primer lugar porque no aguantaban a su familia, a sus padres y porque les relajaba; en segundo lugar, porque no soportaban el colegio, el instituto, los profesores y la presión escolar… hasta el quinto lugar no apareció la razón de que fumaban porque se divertían. La percepción es que fuman como una liberación porque les relaja ante una vida que no soportan. Detrás de un drogadicto siempre hay malestar y eso es lo que nosotros tratamos de descubrir para trabajar con ellos.
-¿Se sigue viendo el toxicómano como un delincuente, un marginal, un asocial, un excluido… en lugar de un enfermo?
-Se le ve como un enfermo. Donde hay más estigmatización es en el caso de la mujer. Al varón se le sigue perdonando que caiga en la droga, pero no a la mujer. La mujer toxicómana tiene más difícil la rehabilitación que el hombre porque está más estigmatizada. Un varón siempre encuentra a una madre, una novia… que le va a ayudar, lo que no ocurre en el caso de una mujer. Al margen de eso, la mujer tiene la autoestima por los suelos, y si tiene hijos, aún peor.
-¿Cómo se financia Proyecto Hombre? ¿Le han afectado los recortes públicos?
-Una tercera parte de nuestra financiación es pública, incluyendo Junta y Ayuntamiento; otro 33% procede de las familias de personas que han pasado por aquí, socios, amigos…; y otra tercera parte proviene de empresas, hermandades, eventos… Algunos de nuestros servicios están concertados con la Junta de Andalucía, como las plazas en comunidades terapéuticas. Tenemos subvenciones del Ayuntamiento por ser patrono e ingresos que procedentes del IRPF. Los recortes nos han afectado mucho, sobre todo en lo que respecta a los cursos de formación que damos a nuestros chicos.
–¿Está bien planteado el Plan Andaluz de Drogas y Adiciones 2016-2012? ¿Son suficientes los 37 millones de euros anuales del plan?
-Está bien planteado, pero el presupuesto es claramente insuficiente. El plan se hizo en 2011 y se paró cuando llegó la crisis. Nosotros hemos participado en la redacción del Plan Andaluz de Drogas y nos parece bien que hayan incluido el tema de la mujer, que antes no se tenía en cuenta.
-¿Hoy es más fácil salir de la droga que hace dos o tres décadas?
-Sí, porque hay más recursos públicos y privados.
En la imagen superior, fotografía publicada en la web de Proyecto Hombre.
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