La Laguna de Fuente del Rey, un espacio natural recuperado gracias al movimiento ciudadano


Fotografía: Amigos de la Laguna Fuente del Rey
Tras varios siglos de abandono, la Laguna de Fuente del Rey, situada en el término municipal de Dos Hermanas, se ha convertido en un pequeño espacio natural que alberga varios ecosistemas y especies protegidas. La revitalización del paraje ha sido posible gracias al empuje de los vecinos del barrio nazareno con la ayuda del ayuntamiento de la localidad. No sólo es necesario contar con grandes extensiones de parajes naturales protegidos, sino también muchos de extensión pequeña, pero igualmente valiosos y necesarios.

El edén escondido en Fuente del Rey

La laguna y su entorno se han convertido en los últimos años en el lugar donde anidan hasta 50 especies de aves, en un espacio rodeado de una rica vegetación mediterránea en la que adentrarse para disfrutar de la naturaleza.

Entre la trasera de las casas de la barriada nazarena de Fuente del Rey y la bulliciosa variante de la A-4 se esconde un pequeño oasis de riqueza natural insospechada para quienes se acercan por primera vez hasta la Laguna y su entorno. Centenares de aves –muchas de especies en peligro de extinción– anidan en su isla artificial y sobrevuelan un pequeño bosque, encantado en días de lluvia, y exultante cuando el sol se refleja en las hojas de acebuches, lentiscos, torbisco, tarajes y matorral mediterráneo.

Abandonada durante siglos –las primeras referencias históricas en las actas capitulares del Ayuntamiento de Dos Hermanas a la laguna son de 1721–, convertida en un vertedero de escombros y basura, y tras sobrevivir a un intento para desecarla durante las obras de la Expo 92, el empuje de los vecinos de Fuente del Rey, agrupados en la asociación Amigos de la Laguna, y del propio consistorio nazareno, dio paso a las primeras medidas para su restauración desde noviembre de 1996, con la ampliación de la cubeta, la creación de la isleta artificial y la reforestación de bosque y matorral mediterráneo.

Veinte años después, se ha convertido en «zona de nidificación de especies protegidas, como el morito común, el zambullín común o la espátula, e incluso de la focha moruna, en peligro de extinción. En la isleta, en años de sequía en Doñana, se trasladaron hasta aquí entre 250 a 300 parejas de morito común», explica la bióloga Noelia Rubio.

Y esta riqueza la convierte «en un recurso para difundir los ecosistemas en los colegios, por la gran diversidad de especies que se concentran en muy poco espacio –apenas 10 hectáreas entre la laguna y su entorno–, y pueden verlos muy cerca», destaca Carmen Fuentes, delegada municipal de Fuente del Rey.

La movilización de los vecinos ha sido fundamental en la transformación, tras la Expo –e incluso antes– «empezaron a reforestar, con la ayuda del Ayuntamiento, y a recuperar lo que era un vertedero, una zona muy degradada que estaba de espaldas a los vecinos, en la trasera de las casas», señala Fuentes.

Biodiversidad

Esa importante labor, ahora la siguen haciendo miembros de la asociación, colaborando de forma altruista, para que se mantenga y se vigile esa biodiversidad que no puede volverse a perder.

El último gran impulso para convertir el espacio en lo que ahora es se dio en 2014. «Se crean los caminos, los bosquecillos, se catalogaron las especies y crearon los ecosistemas para la anidación», explica Julio López, técnico de Promoción Económica e Innovación del Ayuntamiento de Dos Hermanas.

Así, en la actualidad, el Centro de Investigación Científica y Educación Ambiental Laguna Fuente del Rey alberga varios ecosistemas: bosquecillo de taraje, dehesa de taraje, ecosistema de ribera y acuático, y pradera, en los que habitan 39 especies residentes, 19 invernantes y 18 estivales. Entre estas, «garza real, garcilla bueyera, morito común, espátula, martinete, cigüeñuela o el porrón europeo», explica Noelia Rubio.

Para que esta cantidad de especies vivan en la laguna es fundamental el buen estado de sus aguas. Controlar su calidad es una de las labores que realiza en el centro Rocío Muñoz Guerra, estudiante de cuarto curso de Ciencias Ambientales en la Universidad Pablo de Olavide, que vigila no solo el agua de la laguna, sino también del humedal que la rodea. Rubio señala, asimismo, que entre los arbustos «hay madrigueras de conejos, erizos y musaraña común», entre otras especies. Y en la zona del bosque habitan especies de aves de pequeño tamaño.

Toda esta riqueza es la que pueden ver en primera fila, en alguno de sus dos observatorios de aves, los alumnos de los colegios que se acercan hasta el centro, comenzando por el propio de la barriada, el colegio San Fernando: «Hacen aquí clases prácticas, se aprende más así, viéndolos de cerca, y también hacen talleres de reciclaje», explica Carmen Fuentes, quien recuerda que el próximo día 25 tendrá lugar una jornada de puertas abiertas –realizan dos cada año– para que conozcan el lugar vecinos no solo del barrio o de Dos Hermanas, sino de toda la provincia, con una doble intención: «Dar a conocer la laguna e incidir en la concienciación medioambiental, que va creciendo, por eso es tan importante la labor en los colegios», destaca.

Otra de las acciones previstas para la puesta en valor de la laguna y su entorno es «darle contenidos: además del turismo ornitológico y el paseo por los senderos para conocer las especies autóctonas –todas descritas en la cartelería–, queremos organizar un rallye fotográfico y un concurso de pintura», explican López y Fuentes.

Si como buena parte de los sevillanos no la conocen, acérquense hasta la Laguna de Fuente del Rey para contemplar de cerca este trocito de naturaleza en estado puro. Un buen lugar para pasar la mañana del fin de semana con los niños y que aprendan a ver y respetar el medio ambiente. Así, espacios como este, no volverán a perderse nunca más.

Amigos de la laguna

Manuel Hernández fue uno de los creadores de esta asociación ecologista fundamental para entender su recuperación, en la que recuerda dos momentos: «Un miembro de la asociación evitó que la desecaran en el 92, detectó los movimientos de tierra. Ya era un ecosistema vivo». La segunda fue en el 96, «cuando empezaron a sacar la tierra del vaso y el trailer empezó a volcarla sobre el humedal exterior, y lo pillé yo», cuenta. En la pasión por la laguna, que no ha perdido, confía en que, en breve, pueda convertirse en Reserva Natural concertada o entre en la Red de Humedales de Andalucía.

El horario de apertura de la laguna es de lunes a viernes, de 10 a 14 y de 16 a 19 horas; los sábados, de 9 a 14 horas; y los domingos de 10 a 14 horas.

 

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