Los Monos y los Plátanos


Circula por Internet con diferentes variantes. A mí me la ha recordado la pregunta de un joven estudiante, que ha tenido la ocurrencia de pedirme una definición de «Tradición». Al final, he acabado explicándole la fábula de los monos y los Plátanos, que es la siguiente:
Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos. Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo. Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso. El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos. Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.
Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».

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3 Comments

  1. 2 noviembre, 2009
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    Creo que los monos aunque no humanos deben ser mejor tratados que en este experimento.¿No encontraste otra forma de explicar lo que es tradicion,sin poner este ejemplo tan desagradable por no decir inadecuado por cruel.
    Libertad.

  2. 2 noviembre, 2009
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    Se ha hablado en otros articulos de los árboles de Sevilla y su necesidad, pues nos dan sombra entre atras cosas.¿Han pasado por la nueva facultad de Derecho. Es un desierto. De acuerdo que el subsuelo está hueco por las obras de tren y metro,pero hay otras alternativas, por ej pérgolas tipo expo´92 parte de las cuales se han instalado en Sta Justa. Otra solución seria toldos tipo Puente del Patrocinio. No os podeis imaginar lo que es cruzar por esa zona, sobre todo a ciertas horas del dia.
    Otro problema urbanístico en la zona del Porvenir es el medio acerado que existe.Suena raro verdad.ES cierto que estan plantando nuevos árboles pero nadie se acuerda de los MINÚVALIDOS.EStos tinen que circular por la calzada porque el medio hacerado, a su vez ocupado por verjas de plantas sin podar se lo impiden,y si aparece un coche que es lo normal en la calzada ¿donde se mete el minusválido? Por favor ahor que Sevilla está intransitable por sus obras, el responsable de ellas debia algún dia montarse en una silla de ruedas y verá la multitud de obstáculos que encuentra.¿asi se construye una Sevilla moderna?,cuando los primeros que no puden circular son los MINUSVÁLIDOS.¿en que ciudad vivimos?
    Libertad

  3. 7 noviembre, 2009
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    La tradición es socialmente útil cuando la ducha fría resurge periódicamente (problemas cíclicos) pero no cuando los desafíos son nuevos, como mayoritariamente ocurre en el tiempo que vivimos. En ese caso el mono con iniciativa (el innovador) es la solución.

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