Más obstáculos en el camino


Nuestra sociedad global se enfrenta a problemas peliagudos. Desde la miseria brutal que llena las pateras de desesperados hambrientos (muchos de los cuales acaban ahogados en el mar), hasta la violencia machista con su goteo insoportable de muertas. Son problemas de difícil solución, por más que por eso mismo haya que abordarlos con más ahínco y constancia.
Hay, sin embargo, otros problemas menos graves pero francamente desagradables, como ver en parques y plazas a los niños jugando entre mierda de perros. Este problema, con todo, parece tener fácil remedio: bastaría con que los dueños de esos perros recogieran sus deposiciones. No parece tarea imposible, ni se necesita tener madera de héroe para evitarles a los conciudadanos habitar entre excrementos. Un amigo mío, algo exagerado, quiere proponer que se incluya en las ordenanzas municipales una penalización para los dueños desaprensivos: que imiten lo que hace Divine con uno de esos mojoncitos caninos en la película Pink Flamingos de John Waters. Veremos.

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1 Comment

  1. Anónimo
    8 junio, 2007
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    Aún más fácil sería evitar que los coches de caballos alfombren de mierda maloliente el centro de la ciudad; sólo habría que poner el mismo sdispositivo que llevan en otras ciudades europeas… Perdón, se me olvidaba que seo implicaría que el ayuntamiento rompiera una tradición de siglos. ¡A pisar mierda!

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