El pintor Luis Gordillo y el equipo de medicina genética que dirige Guillermo Antiñolo han sido distinguidos con los premios ‘Sevilla Abierta’ en su edición de 2008, por su contribución a la proyección internacional y a la modernización de la ciudad de Sevilla, respectivamente.
La entrega de los galardones tuvo lugar durante un acto celebrado el miércoles 13 de mayo en el Café del Casino de la Exposición, al que han acudido numerosos miembros de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA).
Los premios ‘Sevilla Abierta’, creados en 2007, resumen y simbolizan este espíritu, reconociendo la labor de las personas y colectivos que más contribuyen al dinamismo y apertura de la ciudad desde su correspondiente profesión o actividad.
Los premios se deciden, en base a las propuestas de los socios de ISA, por un jurado que en esta ocasión ha estado presidido por el neurólogo José María Delgado, galardonado el pasado año, e integrado por Elena Laredo, Charo Fernández Cotta, Ramón Iglesias y Antonio Durán. En esta segunda edición se han recibido 56 candidaturas: 34 en la modalidad de ‘modernización de Sevilla’ y 22 en la modalidad de ‘proyección internacional’.
El jurado acordó por unanimidad conceder el premio ‘Sevilla Abierta’, en su modalidad ‘modernización de Sevilla’ a Guillermo Antiñolo y a la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal que éste dirige en el Hospital Universitario Virgen del Rocío.
El jurado ha valorado la relevancia clínica y científica, además de la gran repercusión social y humana del trabajo realizado por el equipo del doctor Antiñolo, que ha hecho posible que, por primera vez en este país, un bebé elegido genéticamente logre la curación de su hermano. Según se recoge en el acta de los premios, el hecho de que este avance científico haya tenido lugar en Sevilla “debe colmar de admiración y orgullo a sus conciudadanos”.
Granadino de origen, el doctor Guillermo Antiñolo se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Navarra y alcanzó su título de Doctor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Además de dirigir la Unidad de Gestión Clínica de Genética, Reproducción y Medicina Fetal del Virgen del Rocío, Antiñolo es jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecológica de dicho centro sanitario, donde dirige un equipo compuesto por más de 50 profesionales.
El jurado decidió, también por unanimidad, conceder el premio ‘Sevilla Abierta’ en su modalidad de ‘proyección internacional’ al pintor Luis Gordillo, cuya larga y destacadísima carrera profesional le ha hecho merecedor de una posición preeminente en la escena artística internacional.
Nacido en Sevilla en 1934, Luis Gordillo cursó estudios de Derecho y música y asistió durante dos años a la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. De 1958 a 1960 residió en Paris, donde estudió a fondo museos, cinemateca y, sobre todo, vivió un clima de libertad de vida y de lecturas entonces difícil en España.
Pionero de la estética pop en nuestro país, su registro artístico ha pasado por varios y fructíferos periodos, con el resultado una extensa obra presente en colecciones públicas y privadas, entre las que cabe citar las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Artium de Vitoria, la Fundación “La Caixa”, Caja Madrid, Caja Sol, la Fundación AENA, Fundación Juan March y el Museo Folkwang de Essen.
Entre los reconocimientos recibidos por el pintor sevillano figuran el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1981, el Premio de la Comunidad de Madrid a la Creación Plástica y el Premio Andalucía de Artes Plásticas en 1991, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1996, el Premi Ciutat de Barcelona d’Arts Plàstiques en 2000, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 2004 y el Premio Velázquez a las Artes Plásticas en 2007. Asimismo, ha sido distinguido en 2008 con la orden de Caballero de las Artes y las Letras de Francia.
Crónicas del acto en Diario de Sevilla y El Correo de Andalucía
Intervención del presidente de ISA:
Queridos socios y socias de Iniciativa Sevilla Abierta, premiados, amigos del jurado, profesionales de los medios de comunicación, muchas gracias por acudir a este acto de entrega de los premios Sevilla Abierta 2009. Quiero expresar nuestro agradecimiento a la Delegación de Cultura del Ayuntamiento y a Ana Ferrán, por las facilidades ofrecidas para celebrar aquí este acto, a Leonardo Sardiña por la presentación de esta ceremonia, y muy especialmente a Ramón Iglesias y SODINUR, por su patrocinio desinteresado.
Es probable que todos sepáis qué es Iniciativa Sevilla Abierta, pero permitidme recordar el sentido de esta asociación que está a punto de celebrar sus tres años de vida pública.
ISA está formada por ciudadanos de Sevilla. Algunos hemos nacido en esta ciudad y otros nos afincamos en ella porque aceptamos una oferta de trabajo, porque seguimos a nuestra pareja, porque vinimos como estudiantes o pura y simplemente porque en uso de nuestra libertad decidimos vivir aquí.
En esta ciudad creamos arte, paseamos, comerciamos, blogueamos, hacemos ciencia, enseñamos, pedaleamos, ejercemos la medicina o el derecho, criamos a nuestros hijos, desarrollamos empresas, diseñamos edificios, leemos, trabajamos en la administración pública o con nuestras manos, escribimos, informamos, amamos, observamos el mundo, cuidamos a otros ciudadanos, bailamos… Podríamos estar toda la noche describiendo lo que hacen los socios de ISA. En definitiva vivimos Sevilla de mil maneras diferentes, porque estamos convencidos de que es un lugar como cualquier otro para formar parte de la humanidad.
No aceptamos que las cosas aquí hayan de ser de una única manera por el simple hecho de que siempre hayan sido así. Esa Sevilla pretendidamente inmutable, como dicen algunos, “es que no se puede aguantar”, y en eso coincidimos, aunque en nuestro caso valga la literalidad de la frase y no su sentido figurado.
Tampoco compartimos la dicotomía estereotipada, según la cual cualquier alternativa a la Sevilla de siempre es un burdo cliché de rebeldía trasnochada deseosa de acomodarse a la subvención y el cobijo del poder político. Si no podemos concebir que la moral o las formas de relacionarse socialmente respondan obligatoriamente al dictado de una fe o al arbitrio de la tradición, difícilmente podremos aceptar el clientelismo partidista o el sectarismo ideológico, sean éstos del color que sean. Antes al contrario, son estos comportamientos, incluso con envoltorio progresista, los que mejor casan con una concepción social inmovilista.
Nada menos sobornable que el mérito y nada más indómito que el libre pensamiento.
Trabajar por una Sevilla más libre, cosmopolita y en sintonía con las ideas innovadoras del mundo contemporáneo no es sólo una forma de sentirnos más felices, sino también el mejor de los servicios que podemos hacerle a esta ciudad. Sevilla, o será una ciudad abierta o no será. Existirá siempre un lugar en el mundo con este nombre, como existen otros llamados Moscú, Ciudad Juárez, Rabat o Pekín. Pero si hablamos de ciudad como comunidad de auténticos ciudadanos, es decir de personas con derechos humanos y civiles ejercidos en su plenitud, con capacidad real de influir en su destino, de relacionarse libremente y de proyectarse al mundo, entonces debemos aspirar a ser algo más.
La Sevilla de hoy está a mitad de camino entre un espacio habitado y un ámbito de libertad y ciudadanía plenas. Desde ISA trabajamos modestamente por lo segundo. Una forma de hacerlo, la que nos trae hoy, es reconocer a aquellos que son capaces de vencer todas las inercias y mover a esta ciudad en esa dirección: los que con su esfuerzo y capacidad hacen de Sevilla una ciudad más moderna, y los que partiendo de aquí han conseguido hacerse universales.
Esta ciudad es tan parca para reconocer el lugar de sus ciudadanos en la Historia como empalagosa en la exaltación de lo superfluo. Muchos sevillanos del ayer merecerían este homenaje. Heterodoxos como los protestantes de San Isidoro del Campo, ilustrados como Olavide, adelantados como Machado y Núñez, poetas lúcidos como su nieto Antonio, víctimas de la barbarie como los fusilados de la guerra civil, desterrados como los exilados de la posguerra. Permitidme leer unos versos de Luis Cernuda para darles voz a todos ellos:
“ … Y entonces la ignorancia,
la indiferencia y el olvido, vuestras armas
de siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
a otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
precipitó en la nada, …”
Sirva la ceremonia de esta noche como reivindicación simbólica de todos esos a los que Sevilla precipitó en la nada, pero también como feliz augurio, personalizado en los premiados de hoy, de un futuro en libertad y ciudadanía plenas para esta ciudad.
–
–
Fotos:
No Comment