Nuestra ciudad sufre un evidente exceso de ocupación en sus vías públicas, pero hasta ahora no se habían publicado datos oficiales para justificar tal impresión. Como son de interés general, para que la ciudadanía los tome en consideración, compartimos este informe elaborado por Javier Macías, además de un artículo sobre el asunto, firmado por el propio periodista de ABC de Sevilla:
Cincuenta procesiones pidieron policías el pasado fin de semana
El Ayuntamiento pide mayor previsión ante el aumento en un 10% de los eventos religiosos respecto al mismo semestre de 2015.
El Ayuntamiento de Sevilla está desbordado un fin de semana tras otro ante la cantidad de solicitudes de cobertura municipal para las procesiones que se celebran en la ciudad. Para muestra un botón: sólo entre el 27 y el 29 de mayo, estaban previstos un total de 50 eventos de tipo religioso, de los cuales sólo pudieron ser autorizados 25 —tres de ellos a última hora— y en once fueron denegadas las peticiones, mientras que el resto no precisaron de cortes de tráfico o presencia de la Policía Local.
Del listado de 57 eventos previstos sólo este sábado y este domingo, 37 eran religiosos(cruces de mayo, procesiones sacramentales, de gloria y bandos anunciadores. Entre las otras veinte se encontraba el triatlón o los conciertos de Manolo García y José Luis Perales, además de manifestaciones.
ABC de Sevilla ha tenido acceso a los datos que maneja el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) en los que se da fe de la proliferación de salidas procesionales en los últimos meses y que, según el responsable de este organismo, Rafael Pérez, hay que compatibilizar con el resto de eventos que se celebran en la ciudad, todo ello sin desatender los imprevistos que surjan.
Si se hiciera un análisis puramente estadístico, en el último semestre ha habido un aumento del 10 por ciento en la cantidad de eventos en general que se celebran los fines de semana y, sólo los domingos, la cifra sube al 17%. Mirando únicamente a los eventos religiosos (cruces de mayo, cultos, procesiones, via crucis y romerías), el aumento ha sido de un 7,25% (un 10% incluyendo los datos de los últimos fines de semana que aún no aparecen en las estadísticas del Cecop).
En estos datos, se observa cómo de enero a mayo de 2016 se han cubierto, por ejemplo, 274 procesiones, 56 via crucis, 22 romerías o 21 cruces de mayo. Éstas, curiosamente, han aumentado en un 40% respecto al mismo semestre de 2015.
Por todo ello, el Ayuntamiento hace un llamamiento a la autorregulación a la hora de solicitar cobertura de servicios públicos para estos actos y colaboración tanto a la hora de cuadrar los recorridos y horarios como en la planificación, ya que, según apunta el director del Cecop, hay algunas que piden policías «hasta cinco minutos antes de la salida porque se han confundido como ha ocurrido este pasado fin de semana».
Rafael Pérez explica que «el problema es tremendamente complejo» y expone las dificultades con las que se topa el Ayuntamiento cada fin de semana para poder dar servicio a todo lo necesario en la ciudad. «En la administración no tenemos capacidad para sacar a cien trabajadores más un fin de semana. Esto necesita un procedimiento administrativo y no podemos improvisar. ¿Qué ocurre? Que cuando tenemos un incremento de eventos en la calle sale el personal cualificado, no podemos sacarlo de cualquier sitio, no existe fórmula mágica».
Por otro lado, añade que «eso es solamente si comparamos números, pero aquí tenemos cruces, por lo que si son un 17% más de eventos los domingos, cualitativamente el dato es más preocupante». Para que se entienda, explica que «el incremento sólo de una carrera popular es de 30 o 40 policías, y eso te descuadra la organización, porque tú dispones de una bolsa de dinero —las productividades— que no puede aumentarse sin pasar por el Pleno». Tampoco está permitido que otros servicios como Protección Civil corten el tráfico, ya que éstos su función es servir de apoyo, no suplir donde no llegue la Policía Local.
En este sentido, explica que el Ayuntamiento cuenta con un número de efectivos que, como cualquier otra organización, dispone de sus turnos de trabajo, y se cuenta con un número limitado para los fines de semana que, además, se dividen entre los que trabajan de mañana, tarde o noche. De esta forma, a la hora de cuadrar las productividades, no se puede improvisar ya que los trabajadores necesitan saber con previsión cuándo les corresponde trabajar por conciliación familiar. «Necesitamos una planificación de seis meses», afirma.
Rafael Pérez, que se muestra agradecido con el Consejo de Cofradías por la intermediación que presta con las hermandades, considera que la solución es establecer «un calendario anual razonable, ya que todo esto además requiere de un dispositivo no sólo de policías, sino de limpieza, Protección Civil, Tussam…».
Hoja de ruta para autorizar procesiones
El director del Cecop explica que el Ayuntamiento no prohíbe en ningún caso a ninguna institución una salida procesional. Lo que sí hace —cuenta— es denegar el corte de tráfico a los eventos que considera inviables. «El Ayuntamiento no ha adoptado una medida restrictiva con ninguna hermandad», indica Pérez, que se muestra sorprendido cómo en algunos casos se han tenido que cubrir cruces de mayo «con cuatro policías a las que van cuatro niños. Esto hay que evitarlo».
Por ello, en el Cecop establecen tres categorías en función a los eventos que se solicitan. Los considerados como A, se refiere a los que no afectan y no necesitan servicio: una mesa petitoria, por ejemplo. Los de categoría B son aquellos que afectan levemente a los servicios básicos, que se saldan con una dotación de policía. Y, por último, los C, en los que se encuentran la mayoría de las procesiones, y que requieren dispositivo ya que afectan a la movilidad, transporte público y otros servicios.
De esta forma, arguye que «existe el derecho de manifestación pública, recogido en la Constitución, independientemente que sea una manifestación de mormones, una manifestación de Podemos, la celebración del Sevilla FC o una procesión». No existe un criterio fijo a la hora de aprobar las coberturas policiales de estos eventos. «Nosotros cubrimos todas las procesiones de regla (a alguna incluso tres fines de semana consecutivos), pero deben entender que todos los efectivos no pueden ser para hermandades por lo que un fin de semana se pueden cubrir diez y, al siguiente, quince, dependiendo del resto de eventos».
Por ello, el Consejo de Cofradías establece un listado con preferencias, pero también hay que sumar los que solicitan desde fuera. «No podemos denegar una procesión organizada en un barrio como las Tres Mil Viviendas, sabiendo las necesidades que hay allí, para dar cobertura a una cruz de mayo de una hermandad histórica, cuando en muchos casos llevan hasta menos público».
¿Existe colaboración?
El director del Cecop afirma que «hay de todo. Hay hermandades que aceptan cambiar de recorrido o de horario para no solaparse con otra de la misma zona y poder cubrirla con los mismos efectivos municipales y otras que se niegan y dicen que por ahí han tirado siempre y en el horario que quieran».
Por este motivo, considera que es una asignatura pendiente para el próximo Consejo de Cofradías que salga de las elecciones del 30 de junio. Rafael Pérez cree que estableciendo un cronograma con tiempo suficiente «a dos años vista este caos podrá regularse».
Abusos
Cincuenta procesiones un fin de semana, 300 en lo que llevamos de año es una cifra para llevarse las manos a la cabeza
Cincuenta procesiones en sólo un fin de semana, más de 300 en lo que llevamos de año, entre las que no están los más de 50 via crucis que se han celebrado, ni la veintena de romerías o cruces de mayo… En porcentajes, el 50 por ciento de los eventos que se organizan en Sevilla son religiosos. Los números no engañan. Ni el más capillita con dos dedos de frente puede defender esta saturación. Apenas hay ya hermandades que no celebren, además de su salida procesional, un via crucis, rosario, procesión eucarística, cruz de mayo de «jóvenes», traslado, extraordinaria…
Además del hartazgo que produce a quienes ven cortadas sus calles cada fin de semana, no somos conscientes del dineral que eso supone para las arcas públicas y de los problemas organizativos que produce porque, por si fuera poco, hay hermandades que avisan cinco minutos antes de salir que necesitan policías y otras que llegan a solicitar al Cecop policías tres fines de semana seguidos.
Y luego está el asunto de fondo. Las hermandades deben reflexionar sobre el sentido de externalizar todo lo que se haga. ¿De qué sirve una procesión eucarística por cada cofradía, en la que hay que cortar las calles pagando productividades a cuatro agentes como mínimo, y en la que no hay absolutamente nadie del público viéndola pasar? ¿Para eso sale el Señor a la calle? ¿No sería oportuno rendirle culto al Santísimo uniéndolas por feligresías o barrios y que a cada hermandad le corresponda organizarla un año? ¿Acaso no es el mismo Jesús Sacramentado? ¿Y si hiciéramos lo mismo con los via crucis?
Luego están las cruces de mayo. Vale que conservemos esta hermosa tradición pero, ¿es necesario cortar la calle? ¿No pueden ir por zonas peatonales o un parque? Luego hay que ver también para qué se organizan estas cruces, que en muchas ocasiones participan tíos hechos y derechos, con una banda de cien músicos detrás…
El Ayuntamiento ha pedido mesura ante la desorbitada cifra de peticiones de dispositivo policial (además de lo que conlleva de gestión con Lipasam, Tussam, Protección Civil…) que le llega. El próximo Consejo de Cofradías deberá tomar las riendas y planificar un calendario razonable de eventos con al menos ocho meses de antelación. Lo que se está viviendo en estos tiempos es un auténtico abuso. Y las hermandades deben entender que por mucho que el cabildo haya aprobado un horario y un recorrido, éste debe estar supeditado a la disponibilidad de los efectivos municipales, que al final va a ser verdad la broma de la película «El mundo es nuestro».
En la imagen, Sevilla en una fotografía nocturna publicada en la web del Hotel Palace.
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