«Cofradía»

Más allá de los “Estados Unidos” de Amate, en una serie interminable de huertas que bordeaban el arroyo Tamarguillo, y la vieja carretera de Alcalá, se fundó una nueva y vieja “cofradía” que se identifica con la vida dura en el mismísimo umbral de la nada, a un paso del abismo y de la oscuridad definitiva. Nuestra Señora de la Precariedad Absoluta no ha faltado ningún año en su salida procesional por las calles y plazas desoladas, que en las épocas más lluviosas se convertían en un laberinto de charcos y barro, para que pudiéramos experimentar las sensaciones del mismísimo Indiana Jones atravesando otro “Corazón de las Tinieblas”. Nuestro vecino barrio, a escasas manzanas de nosotros, bien podría prestarnos a su admirado Cristo, ya que el Desamparo y Abandono pueden considerarse los principales hilos de nuestra historia… En un recorrido por estos 65 años de historia podemos comprobar que se dieron muchas luchas inspiradas en la voluntad de salir adelante de manera constante: semáforos en las calles, aceras y asfalto; un centro de salud; el parque Amate; los autobuses, el pan y las basuras; el azote de una heroína que no era ni mucho menos del tipo de Agustina de Aragón … sino de aquella que golpeaba sobre todo a las madres: las que más sufrían. Por eso no nos asusta seguir en la lucha, para no llegar a ser extraños en nuestra propia ciudad, ahora somos más y venimos de muchos lugares. Siempre nos hemos aplicado aquello de que “el que no llora no mama”, pero si eso fuera algo más que un refrán, aquí hay gentes que llevan mucho llorado, y extraída poca leche…no para ellos, sino para conseguir un barrio mejor…una simple biblioteca y lugar dónde desarrollar unos talleres, unas zonas deportivas que si han florecido en otros espacios de la ciudad. Está bien recordar que aún estamos aquí, y como ya nos sacudiera Luis Pastor, hace ya algunas primaveras, decir todos juntos: Vengan a ver, vengan a ver, vengan a ver lo que no quieren ver vengan a ver, vengan a ver, las escuelas y casas, que se podrían hacer. Vengan a ver, vengan a ver, el centro cívico… ¡Y la biblioteca que debíamos tener!

Juan Antonio Roca