El festival Mes de Danza, uno de los mejores de la vida cultural sevillana, y que debía celebrar su 27ª edición entre finales de octubre y principios de noviembre de 2020, ha sido suspendido debido a que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento no son capaces de pagar las cuantías a las que se comprometió en años anteriores. Es un ejemplo clamoroso de lo mal que funcionan las administraciones públicas: presupuestan unas asignaciones y no las abonan en tiempo y forma. Lo contrario de lo que le exige a la ciudadanía: que abone sus impuestos y tasas cuando toca.
Es muy importante subrayar que el problema sufrido por el festival Mes de Danza no es un caso singular. Es muy frecuente en Sevilla, lo padecen numerosas entidades y empresas que promueven certámenes, festivales, programaciones. Tienen que endeudarse en los bancos, sufrir sobrecostes, y avalar con su patrimonio, para hacer frente a sus obligaciones con todos los participantes en un evento cultural, y para pagar sus impuestos, mientras el Ayuntamiento se demora incluso años en transferir su parte. El problema es estructural desde hace muchos años (gobierne quien gobierne) por la mala gestión municipal, que es una prioridad que no se soluciona, y que padecen todo tipo de sectores empresariales y profesionales. También se le añade la mala gestión autonómica.
Sin embargo, los políticos nunca faltan a la cita de comparecer y aparecer en las fotos cuando se presentan esas actividades culturales.
Adelantar 100.000 euros sin saber cuándo pagarán Ayuntamiento y Junta
La suspensión de la 27ª edición del certamen fue anunciada el pasado 5 de febrero mediante un comunicado difundido por María González Vidal, directora artística y de producción del festival Mes de Danza, desde su empresa Trans-Forma, que animamos leer al completo en este enlace. En el escrito asegura que «el grado de incertidumbre y de riesgo que se ha instalado entre 2018 y 2019 ha llegado a tal paroxismo que Trans-Forma, entidad organizadora de este festival, no puede enfrentarse a una nueva edición». «Mes de Danza es un proyecto que trabaja en la divulgación de la danza contemporánea, un lenguaje artístico que por su fragilidad necesita del apoyo y del compromiso institucional. Los problemas surgen cuando estas instituciones no contemplan en las medidas de ayudas los plazos necesarios de organización, de ejecución y de pagos y, menos aún, las singularidades del proyecto. A esto se suman las diferentes interpretaciones que cada administración hace de la misma Ley General de Subvenciones dificultando, cuando no paralizando, una gestión eficiente del proyecto», añade.
María González Vidal describe cómo «esta situación es especialmente acuciante en lo concerniente al Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla, principal subvencionador de este proyecto, y a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. La edición 2019 de Mes de Danza se ha realizado teniendo pendiente recibir un 25% de la ayuda 2018 concedida por la Consejería y el 100% de la anunciada en 2019, de la cual, además, aún a día de hoy no se ha publicado resolución definitiva, con lo que se desconoce el importe final concedido. Asimismo, por problemas y trabas burocráticas, tampoco se ha percibido ningún adelanto por parte del ICAS, cuya cuantía se cobrará íntegramente una vez se haya finalizado el proceso de justificación a lo largo de 2020. Desde un punto de vista de tesorería, esta situación supone una catástrofe en mayúscula, teniendo una asociación sin ánimo de lucro como es Trans-Forma que adelantar cuantías que superan los 100.000 € sin saber, además, cuándo llegarán estas subvenciones».
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